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Trump amenaza con nuevas sanciones masivas a China por el petróleo iraní

07 julio 2025
6 minutos para leer
El comercio de petróleo entre Pekín y Teherán enfrenta escrutinio bajo la nueva administración entrante.

La entrante administración Trump parece estar preparada para intensificar la presión sobre la relación económica entre China e Irán, con un enfoque particular en reducir las exportaciones de petróleo iraní a Beijing como parte de una estrategia más amplia para abordar tanto los desequilibrios comerciales como las preocupaciones de seguridad.

 

La administración entrante de Trump parece estar preparada para intensificar la presión sobre la relación económica entre China e Irán, con un enfoque particular en frenar las exportaciones de petróleo iraní a Beijing como parte de una estrategia más amplia para abordar tanto los desequilibrios comerciales como las preocupaciones de seguridad.

Objetivo Estratégico de las Rutas Comerciales de Petróleo

Expertos en políticas y exfuncionarios de la administración sugieren que interrumpir el flujo de petróleo iraní a China será un componente central del enfoque de política exterior del presidente electo Donald Trump. Esta estrategia tiene como objetivo abordar simultáneamente múltiples prioridades: reducir el superávit comercial de China con Estados Unidos, restringir los recursos financieros de Irán y demostrar una postura más asertiva en la aplicación de sanciones internacionales.

China ha surgido como el principal comprador de exportaciones de petróleo iraní, proporcionando a Teherán un salvavidas económico crucial a pesar de las sanciones internacionales. Las estimaciones actuales indican que Irán exporta aproximadamente 1.5 millones de barriles de petróleo por día, con la gran mayoría destinada a refinerías chinas.

Esta relación comercial ha persistido a pesar de las sanciones existentes, ya que los mecanismos de aplicación no han disuadido completamente a las entidades chinas de comprar crudo iraní a precios reducidos. La administración entrante parece decidida a cambiar esta dinámica a través de acciones de aplicación más agresivas.

Continuidad y Escalamiento de la Política Exterior

Si bien apuntar al comercio de petróleo entre China e Irán representa una continuación de ciertos aspectos de la política exterior actual, el equipo del presidente electo ha señalado intenciones de perseguir este objetivo con una intensidad significativamente mayor y a través de múltiples canales de aplicación.

El enfoque mejorado refleja las frecuentes declaraciones de campaña de Trump con respecto a China e Irán. A lo largo de su campaña, criticó consistentemente las prácticas comerciales de China mientras también prometía adoptar una línea más dura contra el régimen iraní, particularmente en lo que respecta a sus ambiciones nucleares y actividades regionales.

«Irán estaba en quiebra cuando dejé el cargo», declaró Trump durante un evento de campaña en octubre. «Ahora son un país rico porque [la administración actual] les dio miles de millones de dólares y les permitió vender su petróleo a China».

Esta perspectiva sugiere que interrumpir este flujo de ingresos se verá como abordar simultáneamente preocupaciones económicas y de seguridad, convirtiéndolo en un objetivo de política atractivo para la administración entrante.

Mecanismos de Implementación y Desafíos

Los analistas de políticas han identificado varios mecanismos potenciales a través de los cuales la administración podría perseguir este objetivo. Las sanciones secundarias contra instituciones financieras chinas que procesan transacciones de petróleo iraní podrían restringir efectivamente el comercio al limitar los canales de pago. De manera similar, apuntar a las compañías navieras y proveedores de seguros involucrados en el transporte de crudo iraní podría aumentar los riesgos operativos y los costos.

La administración también podría aprovechar los aumentos propuestos de aranceles sobre productos chinos como palanca para negociar reducciones en las compras de petróleo iraní. Con Trump proponiendo aranceles amplios sobre las importaciones chinas, que podrían alcanzar el 60% en ciertas categorías, esta presión económica podría vincularse explícitamente a la cooperación en sanciones iraníes.

Sin embargo, estos enfoques enfrentan desafíos significativos de implementación. China ha desarrollado métodos sofisticados para ocultar las transacciones de petróleo iraní, incluidos transferencias de barco a barco, sistemas de seguimiento desactivados y estructuras corporativas complejas diseñadas para proteger a las entidades de la exposición a sanciones.

Además, China puede ver la seguridad energética como un interés nacional no negociable, lo que hace que las concesiones en las compras de petróleo iraní sean políticamente difíciles independientemente de la presión económica aplicada a través de aranceles u otras medidas.

Implicaciones del Mercado y Regionales

Los analistas del mercado energético señalan que cualquier esfuerzo exitoso para reducir significativamente las exportaciones iraníes tendría implicaciones notables para los precios mundiales del petróleo. Eliminar un volumen sustancial de Irán del mercado podría crear presión al alza en los precios, potencialmente compensando algunos de los beneficios económicos buscados a través de la agenda comercial más amplia.

Las dinámicas de seguridad regional también podrían verse afectadas, ya que los ingresos petroleros reducidos podrían impactar la capacidad de Irán para financiar grupos proxy y operaciones militares en todo el Medio Oriente. Sin embargo, este beneficio potencial tendría que sopesarse contra el riesgo de aumentar la sensación de aislamiento económico de Irán, lo que podría llevar a políticas más confrontacionales.

El enfoque también corre el riesgo de cimentar aún más la asociación estratégica entre Beijing y Teherán. Al enfrentar una presión común de Washington, los dos países podrían profundizar su cooperación más allá de las relaciones comerciales hacia una alineación estratégica más integral, lo que podría complicar otros objetivos de política exterior de EE. UU. en ambas regiones del Medio Oriente y del Indo-Pacífico.

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Consideraciones Económicas Domésticas

El cálculo de la administración también debe tener en cuenta los posibles impactos económicos domésticos de estas políticas. Los precios globales del petróleo más altos resultantes de la reducción de las exportaciones iraníes podrían traducirse en precios de gasolina más altos para los consumidores estadounidenses, creando vulnerabilidad política.

De manera similar, el aumento de las tensiones comerciales con China podría llevar a medidas de represalia que afecten a los exportadores estadounidenses y potencialmente aumenten los costos para los consumidores de EE. UU. a través de precios de importación más altos en productos chinos.

Estas consideraciones domésticas pueden influir en última instancia en la intensidad y el momento de las acciones de aplicación contra el comercio de petróleo entre China e Irán, ya que la administración equilibra los objetivos de política exterior con las posibles consecuencias económicas en el país.

A medida que continúa la planificación de políticas durante el período de transición, los mecanismos específicos y la priorización de este tema dentro de la agenda más amplia de política exterior y económica siguen siendo temas de desarrollo activo, con implicaciones significativas para los mercados internacionales de energía, las dinámicas de seguridad regional y las relaciones entre EE. UU. y China.

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